Se acaba de estrenar (24 de agosto) la película Los Futbolísimos, basada en una saga de libros infantiles de Roberto Santiago. Ya saben aquella anécdota que cuentan de Rossini. Según parece, le pidieron opinión sobre Lohengrin, de Wagner, y el de Pesaro contestó “No puedo dar mi opinión habiéndola escuchado una sola vez, y no tengo intención de escucharla una segunda”…
A mi me pasa eso con la película en cuestión, y más después de enterarme de lo que se cuenta. Parece que en el argumento de la película se desliza un gag que tiene maldita la gracia, y en el que básicamente una profesora “amenaza” a los futbolistas con destinar los recursos a fines “más provechosos… como un coro” si el equipo no mejora los resultados. El asunto fue puntualmente recogido por los medios musicales (https://www.codalario.com/los-futbolisimos/noticias/el-peculiar-argumento-de-la-pelicula-los-futbolisimos-que-quiza-no-haga-gracia-a-los-musicos_7220_3_22026_0_1_in.html) y tuvo inmediata repercusión en las redes sociales, como era de esperar. Resulta lamentable que en una película destinada al público infantil se utilice la formación de un coro como si fuera una amenaza. Las disculpas del autor del libro diciendo que es un gag bienintencionado y que él no es responsable (https://www.codalario.com/federacion-coral-de-madrid/noticias/la-federacion-coral-de-madrid-recrimina-a-atresmedia-cine-el-tratamiento-vejatorio-a-los-coros-en-la-pelicula-los-futbolisimos_7228_3_22049_0_1_in.html) resultan por completo insuficientes. De hecho, no solo no remedian, sino que agravan. Es literalmente impresentable que el cine español, que se pasa la vida llorando por la falta de apoyo público, produzca clichés rancios contraeducativos y anticulturales como este. Luego diremos que la gente no va a los conciertos y que hay que renovar públicos y que la programación es monótona y toda clase de zarandajas. La cosa está clara: mientras a las nuevas generaciones se les eduque en que estar en un coro es como echarte en brazos del Tío Camuñas… lo llevamos claro. Y por cierto, el que suscribe empezó sus pasos musicales en un coro y fue una de las experiencias más bonitas y gratificantes de mi vida. Y tengo gente muy cercana implicada en coros que podría suscribir eso. En una palabra: penoso. Hemos cambiado el “O confiesas o te pongo Amanece” por “O metes gol o te pongo a cantar”… en un coro claro. Se trata del canto coral y no de las cantadas futbolísticas como las del portero del Liverpool en la final de la Champions. Eso sí, tanto que se quejaron del golpe que le dio Sergio Ramos… me parece que el golpe se lo llevó el guionista de la película esta, y todavía no ha recuperado el oremus.