Rafael Ortega Basagoiti

Strauss, la Filarmónica de Viena… por encima

Ha pasado el Concierto de año nuevo, y ha ocurrido lo que me temía. Thielemann ha sido víctima en buena medida de los clichés anticipados. La crítica ha juzgado con cierta dureza el evento, en mi opinión de forma desproporcionada respecto a cómo se consideraron las dos contribuciones hace unos años del aburridísimo Franz Welser-Möst. Claro que éste, para su fortuna, no venía precedido de la etiqueta de filonazi que determinada prensa ha resaltado (manipulando y exagerando de forma muy notoria) en la prensa en los días previos al concierto. Tras los demenciales artículos mencionados en mi entrada de ayer (muy especialmente el de El Mundo, de Darío Prieto), hoy he descubierto que la cosa ha seguido, y me he desayunado con un panfleto de David Granda en El País Semanal cuyo titular (¿Por qué no hay músicos asiáticos en la Filarmónica de Viena? https://elpais.com/elpais/2018/12/26/eps/1545851864_135603.html) resultaba decididamente prometedor. El autor, que demuestra una ignorancia verdaderamente supina sobre la orquesta, su tradición, sus entresijos y, lo que es más grave, sobre cómo se seleccionan los músicos para una orquesta, debuta con una entradilla en la que dice que la representación femenina es marginal. En realidad, las mujeres son el 20% de la plantilla de la orquesta, y el autor parece ignorar que para que haya más, tendrá que haber vacantes y que en la selección resulten elegidas mujeres. Teniendo en cuenta que la gente no abandona una orquesta como esta así como así, el parámetro quizá debía ser cuántas mujeres (mejor dicho, qué proporción) han accedido a vacantes de la orquesta, digamos, en los últimos cinco años. El autor se limita a decir que la representación es de apenas 16 mujeres de 148, pero hoy sabemos que no es así, y que además hay algunas solistas (la francesa que hoy actuaba como solista de fagot, por ejemplo) entre ellas. El panfleto de Granda continúa atacando y manipulando, diciendo que si lo que vale es la excelencia musical, ésta sería, según la Filarmónica, patrimonio de “un 90% de hombres, todos blancos”. La tontería es difícil de igualar. Insisto, ¿por qué no averigua cuántas plazas se han convocado en la Filarmónica en lo que va de siglo, y después revela cuántas han sido ocupadas por mujeres? Después quizá podríamos hablar del tema con fundamento. Respecto a lo del color, el argumento es de una estupidez majestuosa. Por esa regla de tres, la ausencia de blancos en un coro gospel o la de occidentales en una orquesta asiática sería condenable (¿o es que a la inversa no aplica eso de la diversidad?). Haría bien el señor Granda en bucear en el porcentaje de españoles que hay en la cuerda de las orquestas españolas. Se llevaría una sorpresa… desagradable, aunque su preocupación por la diversidad se vería muy satisfecha. Porque aquí somos tan diversos, tan diversos, que casi (o sin casi) tenemos más extranjeros que españoles entre los instrumentistas de cuerda, y les aseguro que no es porque falten músicos de nivel. El cierre del artículo es ya la cima de la estupidez y de la ignorancia. Dice literalmente: “Este año llevará la batuta por primera vez el alemán Christian Thielemann. Un hombre, como siempre.” A ver, señor Granda, la próxima vez escriba usted sobre la situación de las petroleras o sobre el futuro de la plaga de cotorras, porque lo que es de este tema no tiene usted ni pajolera idea. La Filarmónica de Viena invita, tras las prolongadas presencias de Willi Boskovsky y Lorin Maazel, a batutas de reconocido prestigio, de la élite mundial, para dirigir este concierto. Uno no llega a dirigir este concierto si no está muy ligado a la orquesta (actuaciones previas) y a la ciudad, y desde luego no llega a dirigirlo si no se encuentra en la primerísima división de los directores de orquesta. No me cabe duda de que entre las directoras que van surgiendo, aún pocas, alguna llegará con el tiempo a estar en esa élite y tampoco me cabe duda de que en ese momento será invitada a dirigir el concierto. Pero ahora, Sr. Granda, no se trata de “un hombre, como siempre”. Se trata de que entre las pocas directoras de orquesta con alguna carrera internacional que existen en la actualidad, ninguna tiene la talla para estar a la altura de los Thielemann, Jansons, Nelsons, Dudamel, Barenboim, Muti y compañía. Esto se lo dirá cualquiera que esté mínimamente versado en la materia, algo que no es, evidentemente, su caso. Eso no es culpa de ellas, claro, pero desde luego tampoco lo es de la Filarmónica de Viena. Es culpa de que hasta hace muy poco la figura de la directora de orquesta ni siquiera existía. Dele el Sr. Granda tiempo al tiempo y no se empeñe en retorcer realidades, manipular datos o producir soflamas panfletarias demenciales como el artículo que cito. Y entretanto, por favor, escriba de otras cosas y deje a la música y a los músicos en paz, que bastantes problemas tienen. Y, por favor, no se le ocurra tocar a la Filarmónica de Viena, que es un regalo para quienes disfrutamos de ella. Menos mal que nos quedan estas maravillas, que se elevan por encima del aluvión de tonterías… De esas, vamos servidos. Feliz Año Nuevo a todos.

Aquí les dejo la crítica que acabo de escribir para Scherzo: http://www.scherzo.es/content/cr%C3%ADtica-concierto-de-a%C3%B1o-nuevo-siempre-strauss

Y, como de costumbre, lo que han contado los grandes medios hasta el momento:

Crítica de Tomás Marco en El Mundo: https://www.elmundo.es/cultura/musica/2019/01/01/5c2b68e2fdddffd86a8b4660.html

Crítica de Pablo L. Rodríguez en El País:https://elpais.com/cultura/2019/01/01/actualidad/1546344504_734819.html

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4 thoughts on “Strauss, la Filarmónica de Viena… por encima

  1. Un placer leerle y aprender tanto sobre música como del mínimo interés en informarse, que debe tener todo periodista sobre el tema que le toque escribir. Una pena que el diario El País no cuente con sus conocimientos. Un saludo.

    1. Muchísimas gracias, intentaré seguir haciéndolo bien… en El País dudo que me quieran, sobre todo porque hace años un par de veces cometí el terrible error de escribir un par de cosillas para El Mundo y ABC… y ya se sabe, eso es como mentar la bicha…jajaja

      1. Si, parece que la cultura y el conocimiento tenga que tener un determinado marchamo político. El eterno y desafortunado: «O conmigo o si no, estás contra mí «.
        Un saludo.

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