Rafael Ortega Basagoiti

Las dos Pasiones de Bach

Aunque en el obituario de su padre, Johann Sebastian, Carl Philipp Emanuel Bach habla de “cinco Pasiones, una de ellas con doble coro”, lo cierto es que, completas, solo han sobrevivido dos, la Pasión según San Juan BWV 245 y la Pasión según san Mateo BWV 244, que es la escrita para dos coros y dos orquestas. Ambas se encuadraban en el servicio religioso correspondiente, divididas en dos partes, para su ejecución antes y después del sermón de turno. Es más que probable, de hecho, bastante seguro, que en su ejecución se añadieran como marco algunas páginas breves de otros autores.

La de san Juan, ya desde ese coro inicial, con ese opresivo ostinato en el bajo y ese triste y repetido aleteo de la cuerda, la doliente insistencia en la disonancia de flautas y oboes, y la desgarrada interjección del coro sobre las palabras «Herr, unser Herrscher!» («Señor, soberano nuestro»), pone los pelos de punta y el alma en suspenso. Luego vienen el lamento, el dolor, la triste resignación (esa aria inolvidable, con la impagable representante de la melancolía que es la viola da gamba: «Es ist vollbracht» («Todo está consumado») y la serena y triste paz del descanso en el tremendo coral penúltimo «Ruht wohl, ihr heiligen Gebeine» («Descansad, sagrados despojos»), justo antes del breve canto de esperanza y alabanza final.

Alguna versión moderna, como la del inglés John Butt al frente del Dunedin Consort, ha propuesto una posible “reconstrucción” de lo que hubiera podido ser, en lo musical, la reconstrucción del servicio correspondiente del viernes santo, insertando algunas páginas de otros autores. Lo hicieron en su versión discográfica, y lo hacen también en el vídeo que se grabó de dicha propuesta en los Proms del año 2017, cuyo enlace les dejo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=vPZC5OJhKSU. Especialmente emocionante es la participación de la audiencia en algunos de los sencillos corales añadidos de otros autores, como el “Da Jesus an dem Kreuze Stund” de Schein.

Pero si la Pasión según san Juan es emocionante en tantísimos aspectos, la Pasión según san Mateo es una construcción apabullante, que con justicia se ha erigido en una de las obras cumbre de toda la historia de la música. Cuando uno escucha las pasiones de Heinrich Schütz (bellísimas a su modo) y más aún cuando se adentra en las de Telemann (que, recordemos, son contemporáneas), se da cuenta de la distancia sideral que les separa de las de Bach. El Cantor de Santo Tomás se sale del ámbito de la mera música sacra para dibujar auténticos y emocionantes dramas, en los que combina la narración, la devoción, la reflexión y la emoción con una maestría y una intensidad dramática desconocida antes y después.

Hay, además, en su composición, detalles tan simbólicos como intencionados y emocionantes, además de múltiples curiosidades. Emociona, por ejemplo, que todos los recitativos de Jesús estén acompañados por la cuerda… menos uno: el recitativo en el que Jesús exclama ¡Dios mio, Dios mio! ¿por qué me has abandonado? Acostumbrado el oído a escuchar a Jesús “rodeado” por la cuerda, pone los pelos de punta escuchar su desesperado grito de abandono acompañado solo por el continuo. Emociona también que, tras preguntar Pilato Pero ¿qué mal os ha hecho? Bach interrumpa la narrativa para intercalar una de las arias más desgarradoras del oratorio: la reflexión de la soprano sobre las palabras Aus Liebe will mein Heiland sterben, (“por amor quiere morir mi salvador”), con el acompañamiento lamentoso de la flauta travesera y dos oboes d’amore, sin cuerda, ni órgano, ni nada. Solo esos tres instrumentos de viento en un acompañamiento que ilustra como ningún otro el desgarro, la devoción y el dolor, todo en uno.

Emociona, en fin, antes de todo ello, el más espeluznante llamamiento a la piedad que pueda concebirse tras las tres negaciones de Pedro, con esa maravilla que es el aria para alto con solo de violín Erbarme dich, mein Gott (Ten piedad de mí, Dios mio). No huye Bach del simbolismo, incluso del numérico, como ocurre en las once veces que el coro repite Herr, bin ichs? (¿señor, soy yo?), porque falta en ese número el discípulo traidor. Hay más escrito sobre la querencia bachiana por el simbolismo numérico en esta obra colosal, y los interesados pueden bucear en artículos como el de T. Smith (More Evidence of Numeral-Logical Design in Bach’s «St. Matthew Passion», disponible aquí: https://www.jstor.org/stable/41640264?read-now=1&seq=1#page_scan_tab_contents).

Pero por encima de todo hay que penetrar profundamente en esta partitura magistral, de apabullante perfección en su construcción, donde hasta el más mínimo detalle está perfectamente cuadrado, incluso en el manuscrito, que en si mismo es una obra de arte, como pueden comprobar en la foto que encabeza este artículo.

La lista de versiones extraordinarias de este genial oratorio es larguísima, pero hay dos nombres, los de Nikolaus Harnoncourt y Philippe Herreweghe, que quizá han situado sus interpretaciones un escalón por encima de otros, sin que ello suponga menosprecio para las también estupendas de Gustav Leonhardt, Masaaki Suzuki (por dos veces, la última recién salida del horno), Frans Brüggen o la también reciente y magnífica de la Bach Stiftung de St. Gallen que comanda Rudolf Lutz, conjunto este del que ya les he hablado en alguna ocasión.

Harnoncourt llevó al disco dos veces este oratorio. La primera, en los años setenta, lo hizo utilizando un Coro de Niños (como Leonhardt), en concreto una combinación del Coro de la Catedral de Regensburg y del King’s College de Cambridge. La segunda grabación oficial tuvo lugar en 2001, ya con un coro de adultos, el Arnold Schönberg. En ambos casos, la orquesta fue su propio Concentus Musicus de Viena, aunque el nivel técnico del conjunto es muy superior en esta grabación respecto a la anterior. Pero Harnoncourt llegó a interpretar la obra también con una orquesta moderna, en concreto con la del Concertgebouw de Amsterdam. Lo hizo en dos ocasiones: 1978 y 1985.

En la de 1978 tuvo como solistas a Kurt Equiluz (tenor, Evangelista), Peter van der Bilt (bajo, Jesús), Arleen Augér y Nelly van der Spek, sopranos, Ortrun Wenkel y Sylvia Schlüter, contraltos, Peter Keller, tenor, Philippe Huttenlocher, barítono y Ruud van der Meer, bajo. Los coros fueron el de Cámara de Holanda, el Collegium Vocale de Gante (cuyo director era y es Herreweghe, como es bien sabido) y el Coro de Niños de la Catedral de Haarlem. Esta grabación no fue editada en disco pero pueden escucharla aquí: https://www.youtube.com/watch?v=q-jnny1PSiU&list=RDq-jnny1PSiU&start_radio=1

En 1985, con algunos cambios de solistas y coro (el elenco fue este: Kurt Equiluz, tenor (Evangelista), Robert Holl, bajo (Jesús), Arleen Auger y Sheri Greenwald, sopranos; Anton Scharinger y Ruud van der Meer, bajos; Jadwiga Rappe y Jard van Nes contraltos; Philip Langridge, Neil Rosenshein, tenor. Coro de la Orquesta del Concertgebouw, Coro infantil de la Catedral de Haarlem), Harnoncourt volvió a ponerse al frente de la formación holandesa. Existe video (no de muy buena calidad) de la ocasión, que pueden ver en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=GiH3Ngmy22E. Y aunque se ha comentado que Harnoncourt no estaba satisfecho del todo con el resultado, lo cierto es que la grabación fue editada por Teldec, aunque no ampliamente difundida (y supongo que ahora mismo es inencontrable). En todo caso, el audio de la ocasión, este sí de buena calidad, pueden encontrarlo aquí: https://www.nporadio4.nl/concerten/525-omroeparchief-de-matthaeuspassion-door-het-concertgebouworkest-en-diverse-solisten-o-l-v-nikolaus-harnoncourt.

Aunque creo que no es la mejor de las interpretaciones que nos han llegado de Harnoncourt, y sigo pensando que la más redonda es sin duda la de 2001 con su Concentus Musicus (https://www.youtube.com/watch?v=F9ZEtPWMOtU&list=PLBJYcaB0IMrTlfWjLd75uwTEnDDj_9Obs), es curioso comprobar el resultado, que también tiene mucho interés, de la interpretación, con criterio historicista pero con una orquesta moderna. Hay quien espera aún, no sé si con mucha posibilidad de éxito, que se llegue a editar la que al parecer se grabó en Viena, en vivo, en 2014.

Con todas sus imperfecciones, estas versiones de Harnoncourt con la Orquesta del Concertgebouw son especiales e ilustran hasta qué punto un director historicista puede alcanzar una conexión tremenda con una orquesta convencional, hasta el punto de “cambiarla” por completo. Hay también una serenidad en los tempi (por ejemplo, en el número inicial) que más tarde se perdería (hay quien dice que para bien, yo no estoy tan seguro)… y algunos solistas (Auger, sin ir más lejos) de una talla excepcional.

Y, para que el cuadro quede algo más completo, les recomiendo que no se pierdan tampoco estas dos interpretaciones:

Philippe Herreweghe, al frente de su Collegium Vocale de Gante, grabado en Colonia y emitido por 3SAT: https://www.youtube.com/watch?v=xkm19nfaXl4

Aunque si pueden explorar sus dos grabaciones discográficas para Harmonia Mundi… mejor que mejor.

Y, finalmente, Sir John Eliot Gardiner, en marzo de 2016: https://www.youtube.com/watch?v=eU6QEklM4SA

Al frente de los English Baroque Soloists, el Coro Monteverdi y con un elenco formado por componentes del coro salvo en los roles desempeñados por Mark Padmore (tenor, Evangelista) y Stephan Loges (bajo, Jesús), además de la soprano Hanna Morrison.

Del componente dramático de estos dos oratorios habla bien a las claras la muy interesante realización escénica de Peter Sellars que sirve de fondo a las interpretaciones que Sir Simon Rattle al frente de la Filarmónica de Berlín, con solistas de campanillas (Padmore de nuevo entre otros). Aunque ambas pasiones están solo disponibles en DVD o en el archivo digital de la Filarmónica de Berlín, debido a la pandemia, el acceso a esta plataforma es gratuito en estos momentos canjeando un cheque-regalo «BERLINPHIL» al que puede accederse en la propia plataforma:https://www.digitalconcerthall.com/es/concerts/conductor_sir%20simon%20rattle/composer_johann%20sebastian%20bach. Les recomiendo que las exploren también, porque merecen la pena. Y ya puestos, aprovechen la ocasión y buceen a fondo en estos archivos, que contienen magníficos conciertos, documentales y entrevistas (que están en inglés o subtituladas en inglés, eso sí).

 

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