- El Real acaba de informar de superávit en las cuentas de 2018 (bombo) y al tiempo anuncia las de 2019 (platillo). Han ingresado 56,9 millones de euros (casi 1,3 millones más de lo presupuestado), sobre todo porque el patrocinio (110 patrocinadores) ha aportado 14,4 millones. Los ingresos por ventas han sido 25,2 millones (casi 2,9 millones más que el año anterior, pero claro con esos precios, cualquiera sube los ingresos…). Las subvenciones han totalizado 14,3 millones, o sea el 25% del presupuesto. Lo dicho, una cosa muy pública. Lo que tiene la cosa pública es que el 75% de la pasta es privada. En los gastos, ¿a que no adivinan cuál fue la parte del león? Sí hombre, no podía ser otra, por Dios. Pues claro… la partida de producciones, que se lleva… 22,3 millones. Ya les decía yo que el alicatado hasta el techo de Lucio Silla tuvo que salir carísimo. Y el metro de panel trasero y de neón de Turandot ni te digo. Y además las decenas de pechos descomunales para Fausto. Y eso que este año no se ha abusado del saldo de gabanes protonazis ni de Kalashnikov, que últimamente parece que no se llevan.
- El año que viene se incrementa la contribución del ayuntamiento de Madrid, de forma que la cosa pública crecerá hasta el 27% del presupuesto. Carmena se debe haber fumado algo en mal estado porque de lo contrario no se explica uno este arrebato de generosidad municipal. Los medios de comunicación, además del bombo y el platillo, recogen el famoso tema de la colecta “micromecenazgo” del clave que van a encargar a Jan Kalsbeek a precio de oro. Puedo asegurar que en el mundillo del clavecín y la interpretación históricamente informada el encargo en cuestión, que yo denuncié en primer término desde estas líneas, ha despertado exclamaciones varias, por el precio escandaloso y por el hecho en sí, porque cabría preguntarse si, con la densidad que el repertorio barroco tiene en la programación del Real, invertir en un clave (y mucho menos esa cantidad desorbitada) tiene sentido o no. Pero claro, mientras el paganini se deje embaucar… pues es lo que hay. Eso sí, los medios de comunicación, no sé si porque no saben de la cuestión o porque prefieren no irritar al establishment, se han limitado a reseñar la iniciativa sin comentario crítico alguno. El Marqués y sus huestes, tan contentos claro. Esto de no tener críticos en los medios viene pero que muy bien.
- Tele 5, en el horario habitual de los programas de este tipo, o sea de madrugada (“Vean “Cultura para todos” en su horario habitual… de las 3 de la mañana”, que decía Les Luthiers) emitió el otro día un documental sobre el Real en el que había unas buenas dosis de propaganda, con intervenciones destacadas de los tres mandamases, además de artistas y trabajadores varios. El documental era interesante, aunque naturalmente todo se pintaba, faltaría más, de color de rosa. Yo, si fuera el Marqués, les subía el sueldo a los del Departamento de Marke… digo de Comunicación del Real. Se lo curran que da gusto, oye.
- Fuera del ámbito lírico, se cerró el Ciclo de Grandes Intérpretes de Scherzo con un recital del joven canadiense Jan Lisiecki. Pueden leer mi reseña aquí:http://www.scherzo.es/content/cr%C3%ADtica-en-busca-de-natural-fluidez-jan-lisiecki-en-el-auditorio-nacional?fbclid=IwAR0mwBIk3Tuh_G-MPhcvVi0E3kEpMCe5gloMVq2VPQQuxiWH0otfK1Fa5TQ
- Y empezó el maratón de “Mesías” en el Auditorio. Media docena en diez días. Vamos, el que no escuche El Mesías en estos días no será porque no tiene ocasión… El primero de todos fue el de Ibermúsica, a cargo de la Orquesta del Siglo XVIII que fundara y dirigiera tantos años ese músico inolvidable que fue Frans Brüggen. Mi reseña para Scherzo: http://www.scherzo.es/content/cr%C3%ADtica-notable-mes%C3%AD-holand%C3%A9s-en-el-auditorio-nacional?fbclid=IwAR1usMjKvsVlJpdaInnkuoatsHV96TZLLeS-RqkH_TwkBg0LZmNRyEzWJq0