Escribo esta última nota de reflexión antes de tomarme unos días de descanso porque en medio del continuo despropósito escénico en el que la ópera actual parece desgraciadamente instalada a perpetuidad, con la culpable y prepotente complicidad de casi toda la crítica, el Festival de Bayreuth se acaba de marcar el enésimo disparate. Se estrenaba en la edición de este año, en ese templo wagneriano por excelencia que es el Festspielhaus, la nueva producción de Tannhäuser, con dirección musical de Valery Gergiev (cuyo debut ha sido controvertido en los círculos políticamente correctos por su apoyo a Putin) y propuesta escénica (es un decir, como ahora verán) de Tobías Kratzer. Servidor no ha estado presente en el evento, y creo que casi gracias a Dios. Las imágenes que he podido ver en las crónicas (ver enlaces al final de esta nota), pero sobre todo el relato más detallado que hace Zoltán Szabó en bachtrack.com, son más que suficientes para quedar despachurrado con la “puesta en escena” (es otro decir) del bueno de Kratzer. Tannhäuser resulta ser un payaso, Venus parece una hippie macarra (pueden ver a ambos en la foto), aparece una drag queen que se llama Le Gateau Chocolat y acaba luciendo una bandera arcoíris en el segundo acto, todo muy reivindicativo. Dice Szabó que al parecer hay hasta una cópula entre la casta Elisabeth y Wolfram en el acto III. Me pregunto si alguien que haya puesto todo su esfuerzo y dinero (bastante, ahora les hablo de eso) en peregrinar a Bayreuth esperando encontrarse con la esencia de Tannhäuser habrá entendido algo de lo que allí se cocía. Me pregunto si aparte de los críticos tan listos y renovadores que reniegan por casposas de las escenografías tradicionales, alguien se acuerda de los que no han visto un Tannhäuser comme il faut. ¿Es que no tienen derecho a ver uno? ¿Están ya condenados al frigorífico y la coca cola, como me decía James Conlon en la entrevista que le hice hace poco? Si algún día alguien hace un Tannhäuser más tradicional, ¿saldrá algún joven espectador diciendo que por qué no hay una drag queen? ¿Por qué no se respeta, aunque sea de vez en cuando, a quien llega a estos títulos por primera vez y a quienes muy probablemente les gustaría contemplar en escena algo que, aunque sea remotamente, se parezca a lo que el compositor tenía en mente? Y casi lo más deprimente es que la prensa (como pueden ver en los enlaces correspondientes) lo encuentra “divertido”, “inteligente” y necesariamente “provocador”. Lo siento, al que suscribe lo que le parece es lo que ilustra el traje del protagonista: una payasada. Mi aplauso incondicional a los cantantes que, supongo, tienen que hacer un esfuerzo ímprobo para recordar que están cantado Wagner y no “La gallina turuleca”, aunque a uno es esta última la que le viene a la cabeza, pero para pedir, por favor, que no ponga más (huevos). Para que se hagan una idea, el precio de taquilla de ver este disparate oscila entre los 48€ para la localidad más barata y los casi 400 para la localidad más cara. La propuesta de una conocida agencia de viajes especializada en el asunto se llama casi 3800€ para ver dos óperas (naturalmente viaje y hospedaje incluidos). No sé ustedes, pero yo, si llegara a poder permitirme tal cosa (que no es el caso) y me dan “esto”, igual me convierto en el pirómano de Bayreuth. La Merkel estaba presente. ¿Cómo no le van a dar temblores a la mujer? A mí me daría un soponcio, un jamacuco y hasta un sopitipando. Como poco. Qué tristeza, señor.
El País: https://elpais.com/cultura/2019/07/26/actualidad/1564124561_933564.html
Bachtrack.com: https://bachtrack.com/es_ES/review-tannhauser-kratzer-gergiev-davidsen-gould-bayreuth-july-2019
Codalario: https://www.codalario.com/valery-gergiev/apartado-para-rotacion-de-informaciones-en-la-cabecera/critica-valery-gergiev-dirige-tannhauser-de-wagner-en-el-festival-de-bayreuth_8307_34_25671_0_1_in.html. Por cierto, de esta reseña se deduce que ya hay primera víctima. Parece que Gergiev renuncia a volver el año que viene para participar en esta mascarada.
Actualización: aquí está el enlace de YouTube con la retransmisión del engendro.
¡Qué razon tienes! Vaya esperpento, payasada… faltan adjetivos y los cantantes… sufriendo, supongo yo, y la orquesta, porque no lo ven
Eso pienso yo de la Verbena de la Paloma que no sé si es la que ‘sucede’ en un gimnasio… menos mal que ahora como te ponen un video te refrenas a tiempo de comprar entradas para llevar a tu amiga francesa aficionada a la música a algo que no tiene sentido… pero es verdad lo que dice Ortega En Fu mayor… ¿Ya nunca podrá un joven ver una zarzuela de verdad?
Pues como no recurra a películas clásicas… desde luego en la ópera lo tiene crudísimo. Ver ahora una ópera con una puesta en escena que respete tiempo y lugar… uf, requiere un teatro con el coraje de resistir los ataques furibundos de los «actualizadores». No se si queda alguno de esos, debe haber que buscarlo con lupa.