Acaba de ver la luz la nueva grabación de La Pasión según san Juan, de Bach, por los conjuntos de la Bach Stiftung de St. Gallen (Suiza), bajo la dirección de Rudolf Lutz. La Bach Stiftung (Fundación Bach, para entendernos), financiada íntegramente de manera privada, nace a principios de este siglo tras la idea de Lutz de abordar la interpretación del corpus coral bachiano. Su primer concierto tuvo lugar en 2006 y está previsto que el proyecto finalice en su totalidad (Cantatas, Pasiones, Misa en si menor) en 2027. En una época en la que padecemos (sobre todo de fuentes británicas) una verdadera (y para mí, desgraciada) epidemia de esa tendencia, abierta en mala hora por Joshua Rifkin a principios de los ochenta, que defiende que las cantatas y oratorios de Bach deben interpretarse con “una voz por parte” (one voice per part, o OVPP para abreviar), es decir con un solo cantante para las voces de soprano, alto, tenor y bajo, incluidos los coros, es una bendición escuchar interpretaciones históricamente informadas que respetan con rigor la esencia de la música pero huyen de milongas de indigerible base tras la que, creo, se esconde un propósito más prosaico: menos componentes en orquesta y coro es más barato y fácil de vender a los organizadores de conciertos. Naturalmente es también menos “atractivo”, pero si se le vende al público con cierta base pseudo-musical y se adereza con el consabido argumento de la “transparencia” y el “intimismo” al final la gente lo compra. Da igual, como hemos podido ver alguna vez, que ocho cantantes en un coro tengan que enfrentarse a dos orquestas que les duplican en número (como he visto pasar en La Pasión según San Mateo o en la Misa en si menor), verdaderos disparates de balance orquestal-coral que resultan, naturalmente, un fiasco. Da igual también que, en la búsqueda de aligerar, se aceleren los tempi de manera que los corales pierdan la esencia religiosa que está en la raíz de su origen y su retórica. El hecho es que, desaparecidos Harnoncourt y Leonhardt, apenas Herreweghe, Koopman y Gardiner (a este le escribió Andrew Parrott, director del Taverner Consort y defensor de la tendencia OVPP, una soflama agresiva en Gramophone, al lanzarse su segunda grabación de la Pasión según san Mateo) se resisten a la progresiva anorexia de los contingentes orquestal y coral en las obras de Bach, que, en un movimiento pendular exagerado, han pasado de las grandes masas corales que manejaban los Jochum, Klemperer o Furtwängler (o un poco después, por estas tierras, Frühbeck, en experiencia en la que yo mismo participé en mi infancia) a estos esqueletos ridículos que probablemente hubieran hecho lanzar alguna que otra maldición al Cantor, que se pasaba el rato discutiendo con el Concejo de Leipzig para disponer de más medios humanos, no de menos.
Así las cosas, el advenimiento de estos conjuntos suizos ha sido recibido con alborozo por buena parte de la crítica, y he de confesar que me sumo a tal recepción con toda alegría. Los registros escuchados hasta ahora (Pasión según san Mateo, Misa en si menor) me parecieron excelentes. Y el que acaban de lanzar (la Pasión según san Juan) lo es también. Es una maravilla poder escuchar toda la devoción, dolor, drama y espiritualidad de esta música realizada con tan impecable perfección como excelente gusto y sabiduría musical. El primer número, al que me referí no hace poco con ocasión del malogrado concierto madrileño de William Christie, ofrece toda una declaración de intenciones, los oboes y flautas dibujando con claridad las dolientes disonancias, la cuerda con su pesante ostinato, el bajo con sus notas repetidas debidamente acentuadas. Les dejo aquí un enlace donde pueden escucharlo: https://www.youtube.com/watch?v=bR3nJM50a3k
Les dejo aquí también un enlace de la organización suiza que merece la pena explorar: https://www.bachstiftung.ch/es/sobre-nosotros/