Rafael Ortega Basagoiti

Más ciclos y otro plato menos agradable

Ha sido una semana cargadita. Primero, visita de Anne-Sophie Mutter en un concierto mozartiano para Juventudes Musicales, con presencia aplaudida de la Reina Emérita. Un lujo la orquesta de cámara Viena-Berlín, compuesta por extraordinarios músicos de las Filarmónicas de Berlín y Viena. Pueden encontrar mi reseña para Scherzo aquí: http://scherzo.es/madrid-el-bello-violin-de-mutter/. A continuación, dos magníficos conciertos de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig dirigida por Andris Nelsons, maestro letón en alza que sin duda es uno de los mejores, si no el mejor, de la siguiente generación de directores. Mi reseña para Scherzo la encontrarán aquí: http://scherzo.es/gewandhaus-y-nelsons-perfecta-combinacion/. En medio, y para completar lo positivo, la anticipada presentación del nuevo ciclo de Antonio Moral, que en realidad son dos, a celebrar en el Círculo de Bellas Artes madrileño. 

Presentación que tuvo lugar el miércoles por la mañana en una abarrotada sala Valle-Inclán del propio Círculo, demostrando una vez más que la capacidad de convocatoria de Moral ya la quisieran muchos. El primer ciclo, denominado Círculo de Cámara, es una iniciativa en colaboración con la Fundación Montemadrid, que se desarrollará, según el repertorio, en la Sala de Columnas y el Teatro Fernando de Rojas, entre octubre de 2019 y mayo de 2020. Explicó Moral que para esta primera edición se dirigió fundamentalmente a amigos, de esos que “sabes que no te van a decir que no”, algo lógico teniendo en cuenta la premura con la que se ha organizado todo y la antelación con que muchos artistas llenan sus agendas, además del hecho de que el Círculo no es una sala “conocida” por los artistas en la misma medida que lo es la Sala de Cámara del Auditorio Nacional, lo que siempre pide un “plus” de confianza por parte del artista en el organizador de turno. Nueve conciertos a celebrar siempre en la tarde de domingo, que cubren desde la música antigua y barroca hasta la de nuestros días, incluyendo proyectos fusión, como el concierto de la cantaora Rocío Márquez y el gambista Fahmi Alqhai titulado “Diálogos de viejos y nuevos sones”, que navega entre el flamenco y Monteverdi (habrá que ver cómo funciona esta mezcla, sobre todo en lo vocal), o eventos “cinematográficos”, como la proyección de la película Sherlock Jr de Buster Keaton (1924) con música original de Stephen Prutsman (1960) en vivo a cargo del Trío Arbós. El primero de los conciertos que a priori ofrecen mayor atractivo es el de Yago Mahugo, que interpretará al fortepiano una versión anónima para teclado, recuperada en la Catedral de Salamanca, de Las Siete palabras de Cristo en la Cruz de Haydn. El concierto es primicia en Madrid y sigue a la interpretación exitosa en la Santa Cueva de Cádiz (de donde partió el encargo de la obra para Haydn) y a la edición en disco, grabación que al que suscribe le pareció estupenda. Paralelo interés tiene también la visita de Al Ayre Español con su fundador Eduardo López Banzo, que sigue embarcado en Handel, en esta ocasión con Sonatas Op. 5, entre las que intercalará algunas obras para clave de Purcell. Interesante también la inauguración del ciclo a cargo del Cuarteto Quiroga con el clarinetista Romain Guyot, que incluye primicias en tiempos modernos de sendos cuartetos de Boccherini y Brunetti, acompañados del precioso Cuarteto de las disonancias de Mozart y del Quinteto para clarinete y cuerdas del salzburgués, una de sus más hermosas partituras de cámara. La veterana georgiana Elisabeth Leonskaja, estupenda pianista y consumada intérprete de Schubert, vuelve con la Sonata D. 960, última del ciclo, que ofreciera no hace mucho en la Fundación March. La obra del austriaco centra el mayor interés del recital que se inicia con la comprometida Sonata Dürnitz K. 284 de Mozart y sigue con un miura, verdadero reto siempre pero más aún para ella a estas alturas de su carrera, como los Estudios Sinfónicos de Schumann, partitura endemoniada de muy considerable demanda física. Otro veterano, Jordi Savall, se presenta en esta ocasión solo, en un programa “a determinar” para el que tiene, como reza el programa “Carta blanca”. En otra órbita bien diferente está la presencia del coreano Seong-Jin Cho (Seúl, 1994). No he escuchado en vivo a este joven, que afrontará un programa de armas tomar: Las maduras Piezas Op. 118 de Brahms seguidas, en cambio radical de clima, de la Fantasía Wanderer de Schubert, la Sonata de Berg y la monumental Sonata en si menor de Liszt. Cho ganó el Concurso Chopin en 2015, y eso debería ser carta de presentación suficiente, porque al fin y al cabo es un certamen que también han ganado Argerich, Pollini o Zimerman. Pero también puede uno ponerse escéptico y decir que el mismo concurso lo ganó también Yundi Li, que aún está por decir algo interesante (pianísticamente hablando) y en cambio contempló la delirante eliminación de Ivo Pogorelich (con el escándalo que motivó el sonado abandono del jurado por parte de Argerich, en completo desacuerdo con la decisión), que luego ha hecho una carrera importante pese a sus veleidades. Habrá que escuchar a este joven oriental, de quien Moral dijo que no estaba en la misma órbita que los Lang Lang y Yuja Wang. Que así sea. Culmina el ciclo con un concierto que a priori podría ser atractivo, pero que a quien suscribe le induce bastantes dudas. El también veterano Fabio Biondi, intérprete en su día de unas Cuatro Estaciones que han marcado una época, pero que desgraciadamente estuvo muy lejos de ese nivel cuando las ofreció en Madrid el pasado año, interpretará, en una sola velada, la obra completa de Bach para violín solo. El antecedente vivaldiano del pasado año no es el mejor presagio para afrontar estas temibles partituras. Veremos. Los precios son razonables, entre 20 y 25 euros para los conciertos a celebrar en el Salón de Columnas, y entre 5 y 25 euros para los eventos que tengan lugar en el Teatro Fernando de Rojas. La venta telemática de entradas puede encontrarse en www.circulobellasartes.com. Un ciclo, en fin, que tiene algunas cosas del mayor interés, y otras que generan cierta expectativa con algún interrogante, y cuya organización tiene el evidente mérito de haber reunido una nómina importante de artistas relevantes para programas atractivos en muy poco tiempo. El segundo de los ciclos, bajo el título de Beethoven actual, tendrá lugar en la tarde de lunes en el Teatro Fernando de Rojas entre Octubre de 2019 y Junio de 2020, en coproducción con el Centro Nacional de Difusión Musical, organismo que hasta septiembre de 2018 dirigió (y en realidad impulsó desde la nada) Moral. El núcleo del ciclo en cuestión es la interpretación de las 32 Sonatas de Beethoven por nueve pianistas españoles, entremezcladas con los 18 Estudios del húngaro György Ligeti y ocho estrenos madrileños de compositores españoles, más un estreno absoluto, la obra titulada Ligetoven, encargo del ciclo a Tomás Marco. Los pianistas españoles seleccionados, “en torno a la cuarentena”, según explica Moral en la introducción al programa general del ciclo, son Daniel del Pino (sonatas 1, 6, 7, más las pequeñas 19 y 20, Estudios 1 y 13 de Ligeti y Étude d’oiseaux de Francisco Lara), Gustavo Díaz-Jerez (Sonatas 3, 9, 12 y 27, Estudios 5 y 14 de Ligeti y Dos Metaludios del propio Díaz-Jerez), Eduardo Fernández (Sonatas 10, 11 y 18, Estudios 4 y 18 de Ligeti y Estudio para Uracilo, un príncipe genómico, de Ramón Paus), Javier Negrín (Sonatas 5, 15 y 30, Estudios 3 y 16 de Ligeti y Juego de tresillos de Armando Alfonso), Judith Jáuregui (Sonatas 2, 4, 13 y 25, Estudios 12 y 17 de Ligeti y Study in Stride de José Luis Greco), Alba Ventura (tres de las más conocidas del ciclo: Sonatas 14 “Claro de luna”, 17 “La tempestad” y 23 “Appassionata”, Estudios 6 y 10 de Ligeti y Cavatina de Ricardo Llorca), Mario Prisuelos (programa de mucho peso para el madrileño: Sonatas 8 “Patética”, 24, 26 “Los Adioses” y 32, más Estudios 9 y 17 de Ligeti y el mencionado estreno de Marco), Noelia Rodiles (Sonatas 28, 21 “Waldstein” y 31, Estudios 2 y 8 de Ligeti y Toccata “Al-Andalus” de Guinovart) y Miguel Ituarte (Sonatas 22, 16 y la monumental 29 “Hammerklavier” más los Estudios 7 y 15 de Ligeti y la Sonata nº 3 de Jesús Rueda). Los precios son muy asequibles (75 euros el abono para los 9 conciertos, 10€ para cada concierto por separado). Un ciclo este muy de la tendencia a mezclar lo clásico con lo actual que ha presidido muchas de las iniciativas camerísticas del CNDM, con notable éxito. En esta “mudanza de la música de cámara al centro de Madrid” en palabras de Moral, deseamos a su organizador el mayor de los éxitos, y creo que no hay que ser muy adivino para anticipar que lo tendrá. Esperemos que ello, además, pueda traducirse en ciclos más ambiciosos aún.

Desgraciadamente no puedo despedir esta pequeña crónica en el mismo clima en el que empecé. Tengo que ofrecerles el artículo que acabo de publicar en Scherzo denunciando el bochornoso panorama de contratación de músicos en orquestas. A raíz de un escándalo que ha saltado a la luz por una llamada “Sinfónica Ciudad de Zaragoza” para una gira-engendro con Raphael, he aprovechado para sacar los colores de una serie de desvergüenzas que vienen ocurriendo en este terreno mientras políticos, medios de comunicación y gestores hacen el egipcio. Y qué bien lo hacen oye, les queda un perfil monísimo. Qué asquito, señor. Aquí tienen el enlace: http://scherzo.es/faz-petrea/

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