Rafael Ortega Basagoiti

¿Qué hay de mis porteros automáticos?

Entre escenografías de ladrillos, playas y algunas otras cosas peores (me estoy temiendo por momentos la Valquiria del basurero y el reciclaje), algún cantante de segunda y alguna batuta de tercera, el Real se pone estupendo y anuncia, en una forma que no sé si es más cursi que hortera, más hortera que cursi, o cursihortera todo junto, una velada llamada “Íntimo Javier Camarena”. Tras el prometedor desfile de cursihorterada del título, viene la presentación, que por desgracia porfía en la promesa: “Una noche única con Javier Camarena”. Un evento que tendrá lugar el próximo 13 de noviembre y en el que el tenor mexicano ofrecerá un variado recital que va desde el siglo XVII (Carissimi) hasta el XX (varias arias de zarzuela) pasando por el bel canto de Donizetti, Rossini o Bellini. No hay nada que decir sobre el recital en sí, pero la manera de anunciarlo va de mal en peor. Tras lo de la noche única viene una frasecita de las de Pepa, sujétame que me pierdo: “Destacados representantes de la cultura y la vida social e institucional del país se darán cita en el Teatro Real para acompañar al tenor Javier Camarena en un íntimo recital de canción italiana, ópera y zarzuela.” Está muy solo Javier Camarena y necesita compañía, el pobre. Y no cualquier compañía, faltaría más. Porque se ve que el público no va a escuchar al tenor. Va a acompañarle, no confundamos. Y con distinción. A ver si va a pasar lo de aquella obra de teatro, creo recordar que era de Jardiel, cuando llegaba cierto distinguido personaje quejándose amargamente, porque entraba a un duelo de pistola en un cementerio por un hueco en la tapia, con aquello de “¡que un hombre de mi prosapia tenga que entrar por la tapia!”. Lo de los “destacados representantes de la cultura y la vida social e institucional” me suena a una mezcla de fuerzas vivas con el ¡Hola! y el Diez minutos, aunque bien podría terminar en los titulares de El Jueves. En el colmo del figureo, sigue la publicidad diciendo que “el 13 de noviembre será una noche mágica en la que los asistentes tendrán la posibilidad de degustar una cena exclusiva en el escenario del Teatro Real tras el recital.” Para la cena “exclusiva” se exige esmoquin a los caballeros y traje largo a las damas, y si solo se va al recital, sin la cena “exclusiva”, hay un código de vestuario idéntico para las mujeres y algo aliviado (chaqueta oscura y corbata) para los hombres. Lo que no está nada aliviado son los precios, pero claro, ya se podían ustedes imaginar, como lectores inteligentes que son, que tras palabras como “única”, “íntima” y “mágica”, si no quieren entrar por la tapia ni poner en cuestión la prosapia, la cosa no iba a salirles a precio de saldo. La entrada más barata, de esas donde no se ve ni torta, se llama 33 euros. La más cara es una bagatela, una futesa, una fruslería, una nimiedad. Vamos que no se si tengo suelto a mano para tan poca cosa: mil euritos de nada. Hay una zona cara “ma non troppo” en platea y entresuelo al superasequible precio de 225 euros. Vamos, lo que cuesta un café. De esas todavía quedan. Porque de las otras, amigos míos, de las de los mil euricos, ya no queda ni una. Mecachis cuánto destacado hay, oye. Ya lo ven, España debe ir no ya bien, sino de vicio, a toda velocidad, en vuelo supersónico, porque si para una cosa como esta se pone el patio de butacas a precios que empiezan en 225 euros y terminan en los 1000 para la zona premium… y se agotan, ya me dirán ustedes. No sé si la economía del país va mal o no, hablaban de recesión… pero se ve que la de los “destacados representantes de la cultura y la vida social e institucional” va viento en popa. Me dirán ustedes: naturalmente, no seas bobo, por eso son “destacados”. Yo, ingenuo de mí, pensé que “destacaban” por algún otro mérito intelectual o cultural, pero se ve que lo destacado es el número de ceros de la cuenta corriente. Supongo que por los mil euros que van a soltar el tenor regalará algunas propinas y el chef preparará un menú con manjares en consonancia. A ver si todavía les va a poner una de chistorra. Y, en medio de tanta prosapia, igual aparece la reencarnación de Saza preguntando qué hay de sus porteros automáticos, como aquella vez en La Escopeta Nacional. Porque tal parece que hemos cambiado las cacerías de entonces por las óperas y recitales vocales de ahora. Naturalmente, en estas condiciones, lo que importa son los porteros automáticos. Las voces, las batutas, las producciones… eso no va a ningún lado si el “qué hay de lo mío” progresa adecuadamente y salimos guapos en el ¡Hola! y el Diez Minutos. En fin, uno se lo toma con humor, o lo intenta, pero no deja de ser triste que las grandes voces vengan en su mayoría sólo a este tipo de asuntos, aunque en este caso es justo señalar que Camarena cantará varias funciones de Il Pirata y, por desgracia, sólo una de L’Elisir d’amore. En ésta, las galas de tan fastuoso, único y mágico recital se verán reemplazadas por la actualización playera cuyas fotos ya están llegando, más que nada para que el público se vaya preparando y no haya que avisar al 112 para solucionar jamacucos, sopitipandos y soponcios varios. Ya lo ven. A quienes no tenemos suelto para los eventos “destacados”, “mágicos” y “únicos”, nos queda la playa, que es un sitio muy de elixires y nada dado a favorecer la prosapia, sobre todo si la playa en cuestión es la de Benidorm y no la de Biarritz.

Aquí tienen el enlace al anuncio en cuestión: https://www.teatroreal.es/es/espectaculo/gala2019

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10 thoughts on “¿Qué hay de mis porteros automáticos?

  1. Hay dos frases sin duda con las que me quedo:

    – «Yo, ingenuo de mí, pensé que “destacaban” por algún otro mérito intelectual o cultural, pero se ve que lo destacado es el número de ceros de la cuenta corriente» ….España: país que valora los méritos (los intelectuales o profesionales) por encima de todo… y no por ser amigo de este o del otro :(((

    – «no deja de ser triste que las grandes voces vengan en su mayoría sólo a este tipo de asuntos»…. esto es: al resto de mortales que casi nos cuesta un triunfo llegar a fin de mes, ¡qué nos den!

    1. Miriam, respecto a lo segundo, lo que es una tomadura de pelo por parte de los gestores del Real es que gastan en producciones escénicamente pobres (sobre todo las del gran repertorio) y tacañean en cantantes y directores musicales, pero siguen poniendo las entradas de ópera a precios prohibitivos, tanto o más caros que teatros punteros de Europa donde el nivel de la orquesta del foso y de las batutas es infinitamente superior, y donde no regatean a la hora de los cantantes. En Madrid, Netrebko, por ejemplo, solo viene a dar recitales, lo cual a mi me parece vergonzoso.

  2. No termino de entender cuál es el gancho para el supuesto comprador, ¿disfrutar del arte del tenor o de estar cerca de los «destacados representantes de la cultura y la vida social e institucional»?
    Me río por no llorar. Lo que haría Jardiel (efectivamente, la cita es de Angelina…) con un anuncio así.

    1. Yo creo que está claro que el gancho para el comprador es lo segundo, porque para lo primero no hace falta ni cena ni soltar 1000 euros. Por eso saqué a relucir lo de los porteros y Saza, porque la sensación que tengo es que el «foyer» del Real se va pareciendo a aquellas cacerías de antaño y también al famoso palco del Bernabeu…

  3. El montaje de L’Elisir d’amore,creo que será el mismo que hubo el año pasado en Valencia, lo he recordado cuando habla del ambiente playero…je je.

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