Rafael Ortega Basagoiti

“La Jota, aragonesa y liberal”, presentada en Madrid

Hace ahora un par de años que la musicóloga y pianista (y unas cuantas cosas más: directora de orquesta, docente en la UNIR, escritora y colaboradora habitual en Radio Clásica) madrileña (Coslada, 1985) Marta Vela, afincada hace algún tiempo en Aragón, publicó un volumen titulado “La jota, Aragonesa y cosmopolita – De San Petersburgo a Nueva York” (Ed Pregunta, 2022). En él, se recorría, con una inteligente habilidad, la de unir historia, relato y conocimiento, rigor técnico sin aridez, accesible por igual a melómanos y técnicos, la expansión de la jota en la música clásica, desde el impulso original de Florencio Lahoz (1815-1868), hasta las músicas de Clara Schumann, Liszt, Glinka, Debussy, Chabrier, Saint-Saëns, Fauré, Ravel o Falla. Se combinan en ese volumen investigación, historia y música, y uno se hace consciente de lo universal que se hizo esta muestra que, como señala con acierto Miguel Ángel Yusta en el prólogo, es la más popular del folclore aragonés.

La siempre inquieta y buscadora Vela no se detuvo ahí, no obstante, y el otro día se presentó en Madrid un segundo volumen, “La Jota, Aragonesa y liberal” (Ed Pregunta, 2024), con prefacio de Carmelo Artiaga y prólogo, de nuevo, del citado Miguel Ángel Yusta. Aún no he podido leer el libro, pero la conexión que establece Vela con el apoyo de la Jota, en el siglo XIX, a la incipiente democracia liberal, es muy interesante, y tiene cumplido complemento en el documental, también presentado en este mismo acto, titulado “La jota, aragonesa y cosmopolita: Florencio Lahoz y la Villa de Alagón”, de la propia Marta Vela, del que pudimos ver un fragmento en el acto de presentación del libro (Escuela Superior de Canto, 9 de abril), que está disponible aquí: https://www.youtube.com/live/yerdH8gVmYc?app=desktop&feature=shared&fbclid=IwAR16tiParQPJG2V7KsnBxdanWZDKGWdWubJx7yFFzR1_xU8y-hT0clHlPuE.

El empuje del excelente trabajo de investigación y divulgación de Marta Vela se une, en feliz iniciativa, con la propuesta, recientemente elevada a la UNESCO, de que la Jota sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad, que ha contado, por una vez, con un apoyo bastante unánime de nuestra muy mejorable clase política. El prologuista de este segundo libro, Carmelo Artiaga, presidente de la Academia de las Artes y el Folclore de Aragón, expresó en el acto un contagioso entusiasmo por la materia, y es de esperar que este excelente proyecto, del que adivinamos aún nos quedan interesantes cosas por descubrir, ver y escuchar, porque la inquietud investigadora de Marta Vela está bien probada, se vea coronado por el éxito que sin duda merece. En el acto tuvimos ya enjundiosas muestras de novedades que la investigación va arrojando, con piezas inéditas del mencionado Florencio Lahoz (selección de su Nueva jota aragonesa), Sebastián Iradier (1809-1865), con La jota de las avellanas y La jota de los estudiantes, y Pauline Viardot-García (pieza del mismo título, La jota de los estudiantes). La parte musical del acto culminó, quizá no podía ser de otra manera, con la Jota de las 7 Canciones populares de Manuel de Falla. Para todo ello se contó con alumnos destacados de la cátedra de Judith Pezoa y Elías Romero, que también contribuyeron como intérpretes. Todos ellos aparecen en la imagen que encabeza este artículo.

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