En la mañana de hoy se presentó en la sede del Goethe Institut de Madrid la próxima temporada de Ibermúsica, que hace, se dice pronto, la edición nº 55 del ciclo. Pudimos ver breves (y en algún caso, simpáticos) videos de introducción de muchos de los artistas participantes, antes de que el Director General y Artístico de Ibermúsica, Llorenç Caballero, desglosara la esencia de la temporada.
Temporada ciertamente ambiciosa, por número de conciertos (24, 12 en cada una de las series, Asenjo y Barbieri), más cuatro eventos extraordinarios y otros cuatro en la segunda edición del ciclo Km 0, en el que, como hemos podido comprobar este año, se proponen conciertos de pequeño formato y ambiente cercano, con intérpretes y autores españoles y estrenos explicados por los propios compositores. Paso a desgranar la propuesta con un sucinto análisis de la misma.
Orquestas y directores
Como es habitual en la empresa que fundara Alfonso Aijón, presente y, como de costumbre, en plena forma a sus (también se dice pronto) 93 años, la nómina orquestal es variada e incluye algunas formaciones de campanillas. Destaca, para abrir boca, el concierto inaugural, a cargo de la Filarmónica de Viena, con el felizmente recuperado Danielle Gatti (el poco escuchado Apolo y las musas de Stravinski, y una tentadora Décima de Shostakovich). Pero tienen evidente interés las dobles visitas de la Royal Concertgebouw Orchestra de Amsterdam, con el que será su flamante titular a partir de 2027, el joven finés Klaus Mäkelä, que después de tanta expectativa y polvareda, al fin debutará en Madrid, la Filarmónica de Munich con su nuevo titular, el también joven Lahav Shani, la Gewandhausorchester de Leipzig, igualmente con su jefe habitual, Andris Nelsons, al frente, la Philharmonia Orchestra (un concierto con Marin Alsop y otro con su titular, otro finlandés más, Santtu-Matias Rouvali) y la Staatskapelle Dresden (segunda y tercera presencia en el año de Danielle Gatti, nuevo titular de la formación). Junto a ellas, destacan igualmente las contribuciones de la Filarmónica de Londres (con Vladimir Jurowski) y la Sinfónica de Londres (con Gustavo Dudamel: dos conciertos, uno de ellos extraordinario, es decir, fuera de abono).
En el siguiente escalón, en todo caso muy interesante, encontramos los dos conciertos de la Orquesta de la Tonhalle de Zürich con su siempre inquieto titular, Paavo Järvi, los de la Filarmónica de Luxemburgo con su titular, que llevará las riendas de la Orquesta del Teatro Real dentro de poco, el español Gustavo Gimeno, la Orquesta de la Suisse Romande (también con su principal batuta, Jonathan Nott), la Filarmónica de la Scala de Milán, con ese magnifico director que la lleva hace ya algunos años: Riccardo Chailly, y la Filarmónica de Radio Francia, también con director finlandés: Mikko Franck. Nos visita también la Orquesta Simón Bolívar, con su titular, el mencionado Gustavo Dudamel. El firmante debe confesar que la única vez que ha visto a esta orquesta, también con Dudamel, en vivo, fue en una Novena de Beethoven que distó de deslumbrar. En esta ocasión afrontan (con el Coro y Pequeños cantores de la ORCAM) la Tercera de Mahler.
Es encomiable que se haga lo posible por familiarizar al público de Ibermúsica con las interpretaciones históricamente informadas, que uno diría que ya va siendo hora. Por ello, solo aplausos merece la visita de ese auténtico fenómeno que es Emmanuelle Haïm, al frente de su Concert d’Astrée, con obras de Bach y Handel. Para no perdérselo. Créanme. Suzuki padre (Masaaki) e hijo (Masato) se reparten el podio en la visita del también estupendo Bach Collegium Japan, con programa Mozart (Sinfonía nº 40, Ave Verum Corpus y edición que Masato ha hecho del Requiem; será interesante ver el resultado de tal edición).
Solistas
Los solistas son, sin duda alguna, de campanillas. Gana por goleada el violín, en cuanto al número, con una nómina más que selecta: Lisa Batiashvili (Segundo de Prokofiev con Järvi), María Dueñas (Concierto de Korngold, para el que Hilary Hahn le ha dejado este año el listón altísimo), Janine Jansen (Britten, con Mäkelä), Hilary Hahn (Mendelssohn, con Shani), Midori (Sibelius, con Nott) y Vilde Frang (Schumann, con Jurowski). Los pianistas son menos, pero en ningún caso menos interesantes: Denis Kozhuhkin (Concierto de Gershwin, con Gimeno), Lucas y Arthur Jussen (el muy poco escuchado Concierto para dos pianos de Mendelssohn, con Nelsons; ya saben además que yo con Mendelssohn soy muy reivindicativo y siempre quiero más), Kissin (recital imprescindible el suyo: Bach, Chopin y Shostakovich), Perianes (será muy interesante escuchar la propuesta del onubense para el Concierto Egipcio de Saint-Saëns con Rouvali) y Beatrice Rana (otra que no hay que perderse: Primero de Chaikowski, con Mikko Franck). Más que interesante la presencia de la organista Iveta Apkalna (con el poco escuchado Concierto de Poulenc, con Gimeno). La lista la completan la excelente soprano Christian Karg (Sinfonía nº 4 de Mahler, con Nelsons) y el chelista de Gautier Capuçon, que se encarga del Concierto de Dvorák (con Chailly en el podio).
Repertorio
El repertorio, como bien apuntó Caballero, tiene que mantener un equilibrio entre lo más habitual y alguna que otra novedad, porque al final, la permanencia del público es imprescindible y es del todo lógico que determinadas aventuras programadoras corran del curso de orquestas o ciclos subvencionados y no de quienes, sin subvención alguna, dependen de la taquilla para su supervivencia. Por otra parte, el ciclo, tal como está, cubre un hueco y necesidad indiscutible: el de conocer las orquestas foráneas, a las que de otra forma, salvo considerable estado de desahogo del bolsillo del aficionado de turno, capaz de viajar aquí y allá, nos veríamos condenados a disfrutar de manera enlatada, léase grabaciones en el formato que ustedes gusten elegir. Hay, naturalmente, condicionantes impuestos por las propias giras de las orquestas, que a veces se traduce en alguna que otra repetición de obra. Ocurre este año en el caso de Schumann, compositor estrella de la temporada, del que escucharemos su ciclo sinfónico completo (Staatskapelle Dresden/Gatti, sin lugar a duda uno de los eventos del año) y su concierto para violín, ya mencionado en el apartado “solistas”. Sin embargo, la Segunda sinfonía de Schumann nos llegará dos veces, porque también la ofrecerá Mäkelä (lo que, por otra parte, siempre da ocasión a envenenadas comparaciones, ya me entienden).
Aun así, hay, creo un inteligente equilibrio. Están, faltaría más, los de siempre (Mozart, Beethoven, Chaikowski, Ravel o Strauss -será interesante también escuchar la Vida de héroe de Mäkelä tras la estupenda lectura de Pablo González este año-), y tenemos también distinguida representación de Mahler (Blumine, de la Primera, y Cuarta por Nelsons, la Primera como tal, y la Tercera, por Dudamel, y Séptima por Järvi), Prokofiev (además del mencionado concierto para violín, la nada habitual Tercera sinfonía y la suite de Romeo y Julieta, también por duplicado: Chailly y Alsop ), Shostakovich (Décima y Sexta, ésta por Järvi), Bruckner (Novena por Shani), Stravinski (Consagración por Nott, además del mencionado Apolo por Gatti), Dvorák (Octava por Nelsons; otra interesante comparación con la sensacional ofrecida por Bychkov este año) y Franck (Sinfonía en re menor, Rouvali), junto a páginas menos habituales de Respighi (Fiestas Romanas y Pinos de Roma, Gimeno), o Debussy (Rapsodia para clarinete), y también música de nuestros días: el estreno madrileño de Strum, de la estadounidense Jessie Montgomery (1981), por Alsop, la interpretación por Mäkelä de Subito con forza, de la coreana Unsuk Chin (1961). Hay alguna que otra incursión un tanto sorprendente, como las dos de Mäkelä en su segundo concierto: Música para el funeral de la Reina Mary de Purcell y Lacrimae antiquae de Dowland, obras que quien esto firma, francamente, preferiría escuchar de mano de otros intérpretes y en otro contexto.
Entre los conciertos extraordinarios (4) merecen destacarse los de la Sinfónica de Londres con Dudamel (Don Juan y Suite de El caballero de la rosa de Strauss, Sheherazade y Rapsodia Española de Ravel) y el de Adda Simfònica Alicante con Josep Vicent (Carmina Burana de Orff y segunda suite de Daphnis et Chloé, de Ravel).
El ciclo Km 0, en fin, cuenta con recitales de Ángel García Jermann y Oleksandra Totkalova (chelo y piano), Albert Cano Smit (piano), Maria Rubio y Josep Furió (trompa y percusión) y Ana María Alonso y Rubén Yessayan (viola y piano).
Se echa de menos alguna orquesta estadounidense, pero, como se comentó durante el coloquio posterior, las orquestas americanas (véanse los líos recientes en San Francisco, Filadelfia o Nueva York, por ejemplo) atraviesan momentos económicos complicados, sin olvidar que el entorno “anti-giras” por el asunto climático está en plena efervescencia. Pero una temporada, en fin, que a priori tiene un atractivo indudable.
Detalles disponibles aquí: Conciertos Música Clásica Temporada 2024-2025 | Ibermúsica (ibermusica.es)
Gracias Rafael por tus comentarios; yo de mayor quiero que me toque un buen sueldazo de la ONCE y ponerme un pisito en Madrid, para escuchar esta gozada de conciertos.
De lo que comentas, seguro que algo nos cae en la programación de abono de ADDA Alicante, al margen de los habituales conciertos de nuestra orquesta; ya sabes de la buena relación de Ibermúsica con la programación alicantina.
Un cordial saludo desde Alicante
De nada, Tomás. Madrid, desde luego, tiene una vida musical intensa y atractiva.
Una maravillosa programación. Muchas gracias por informar